“Según un estudio de Cathy N. Davidson (profesora de la Universidad Duke y codirectora de la Fundación Mac Arthur de Medios Digitales y Competencias de Aprendizajes), el 65% de los niños que empiezan la escuela este año terminarán trabajando en empleos que aún no han sido inventados”, comenzó la presentación que realizó el ingeniero agrónomo Fernando Vilella, en el marco del Simposio de Bioeconomía NOA 2015 que se realizó días pasados en Tucumán. Vilella es profesor de la cátedra de Agronegocios, y director del Departamento de Bioeconomía, Políticas Públicas y Prospectiva del Programa de Agronegocios y Alimentos de la Facultad de Agronomía de la Universidad de Buenos Aires (Fauba).
En su ponencia, el profesional brindó una interesante visión sobre los agro y bionegocios en nuestro país. En ese sentido, aseveró que Argentina “posee la mejor relación de suelo fértil per cápita a nivel mundial” e instó a combinar la buena utilización de los recursos con buenas prácticas empresarias.
Presentamos aquí las principales definiciones que Vilella dejó durante su exposición: a) Millones de niños que ingresaron en 1er grado en 1960, jamás hubieran imaginado que terminarían trabajando en la industria de las computadoras personales, que no existían cuando nacieron; b) Los de 1970 jamás imaginarían que trabajarían en empresas de internet; c) Y los que empezaron en 2000, en la industria de las computadores 3D, drones comerciales o turismo espacial. Frente a estos interrogantes, Vilella aclara que: * Sólo el 10% de la población global vive en países con excedentes de alimentos (Argentina en uno de ellos); * Tenemos una excelente dotación de recursos naturales (suelo fértil, agua dulce y clima) per cápita, y conocimientos técnicos.
En este punto, el ex decano de la Fauba se refirió a “Las proteínas animales del EBA (EEUU, Brasil y Argentina), que reúnen el 7,8% de la población mundial, producen: * maíz, el 44%, y exporta el 72%; * soja, el 81% y exporta el 80%; * carne vacuna, el 37%, y exporta el 36%; * carne de cerdo, el 12%, y exporta; el 41%; * carne de pollo, el 30%, y exporta el 55%.
Y respecto de “China y la soja”, Vilella señala que: * Según la FAO: China, en 2023/24 producirá 90 millones de toneladas de carnes de cerdo, ave y vacuna, y más de 60 millones de tn de peces; * Cada kilo de éstos es maíz más soja. Maíz en buena parte local, pero soja importada; * Van a requerir, al menos, 83 millones de tn de soja.
Por eso, en materia de alimentos proyectó una tasa de crecimiento (TPF), una tasa de demanda y el % de autosuficiencia en 2030 para las cuatro principales regiones del mundo: * Este de Asia: 3,0; 3,6; y 74; * Sur y Sudeste de Asia: 2,5; 2,7; y 82; * Medio Oriente y Norte de África: 1,9; 2,1; y 83; * África Subsahariana: 0,5; 2,8; y 13.
Vilella anunció, por ejemplo, que “en 2030, en Asia, 1.000 millones de personas necesitarán importar todos sus alimentos cada día”.
El especialista también trazó una vinculación entre “agricultura” y “ganadería”: * Un kilo de trigo requiere 1.000 lt de agua y 4 metros cuadrados (m2) de suelo; * Un kilo de carne vacuna: 15.000 lt de agua y entre 12 y 25 m2 de suelo; * Un kilo de cerdo: 5.500 lt de agua y 7 m2 de cultivos de soja y maíz, y 0,5 m2 de instalaciones.
Conclusiones
Así, el investigador de la Fauba propone combinar Buenas Prácticas Agrícolas (no remoción y presencia de cobertura; rotación de cultivos; manejo integrado de plagas; manejo eficiente y responsable de agroquímicos, y nutrición estratégica) con Buenas Prácticas Empresas (cumplimiento legal integral; responsabilidad laboral y responsabilidad ambiental).
Sobre la base del infograma que acompaña esta reseña, Vilella concluye que el panorama para la Argentina es: * Prometedor, ya que tiene algunas de las cosas más valiosas en el futuro: territorio, productores capacitados, alimentos en sus diversas variables, agua, ambiente sano, experiencia y sistema científico acorde a los desafíos, y propone * Una Argentina Integrada y Competitiva: Revalorización del espacio rural, Desarrollo de las economías regionales, La infraestructura (transportes, comunicaciones, servicios) y Volver al interior con “El fin de las villas”.
Por eso, considera que “un sólido programa agroindustrial puede “Aprovechar la potencialidad de cada región de la Argentina”, estimulando el crecimiento de su Fase 1 (producción de insumos), favoreciendo el desarrollo de su Fase 2 (agregados de valor al producto principal y desechos) y promoviendo la permanencia de sus habitantes en su lugar de origen.
Al final, Vilella señaló: “el Siglo XXI es el siglo de la biología y de la bioeconomía, donde a partir de la biomasa se extraigan más alimentos y moléculas para todo uso. Será el producto de la combinación de la biología, la cultura agrícola, mecánica, biotecnología, robótica, nanotecnología, TIC (tecnologías de la información y la comunicación) y estrategias de proceso, de gestión y de logística”.